Islandia es un país insular nórdico de Europa ubicado en el Océano Atlántico Norte. Tiene una población de 332.529 y una superficie de 103.000 km², lo que lo convierte en el país menos poblado de Europa.

La capital y ciudad más grande es Reykjavík. Reykjavík y las áreas circundantes en el suroeste del país albergan a más de dos tercios de la población.

Islandia es volcánica y geológicamente activa. El interior consiste en una meseta caracterizada por campos de arena y lava, montañas y glaciares, mientras que muchos ríos glaciares fluyen hacia el mar a través de las tierras bajas.

Islandia es calentada por la Corriente del Golfo y tiene un clima templado, a pesar de una alta latitud en las afueras del Círculo Polar Ártico.

Su alta latitud e influencia marina mantienen los veranos fríos, y la mayor parte del archipiélago tiene un clima de tundra.

Según el antiguo manuscrito Landnámabók, el asentamiento de Islandia comenzó en 874 d. C. cuando el cacique noruego Ingólfr Arnarson se convirtió en el primer poblador permanente de la isla.

En los siglos siguientes, los noruegos, y en menor medida otros escandinavos, emigraron a Islandia, trayendo consigo esclavos (es decir, esclavos o siervos) de origen gaélico.

La isla fue gobernada como una mancomunidad independiente bajo el Althing, una de las asambleas legislativas en funcionamiento más antiguas del mundo.

Después de un período de conflictos civiles, Islandia se adhirió al dominio noruego en el siglo XIII.

El establecimiento de la Unión de Kalmar en 1397 unió los reinos de Noruega, Dinamarca y Suecia. Islandia siguió así la integración de Noruega en esa unión y quedó bajo el dominio danés, después de la secesión de Suecia de esa unión en 1523.

Aunque el reino danés introdujo el luteranismo con fuerza en 1550, Islandia siguió siendo un lejano territorio semicolonial en el que las instituciones danesas y las infraestructuras brillaban por su ausencia.

Tras la Revolución Francesa y las Guerras Napoleónicas, la lucha de Islandia por la independencia tomó forma y culminó con la independencia en 1918 y la fundación de una república en 1944.

Hasta el siglo XX, Islandia dependía en gran medida de la pesca y la agricultura de subsistencia, y estaba entre los países más pobres de Europa.

La industrialización de la pesca y la ayuda del Plan Marshall después de la Segunda Guerra Mundial trajeron prosperidad e Islandia se convirtió en una de las naciones más ricas y desarrolladas del mundo.

En 1994, pasó a formar parte del Espacio Económico Europeo, que diversificó aún más la economía en sectores como finanzas, biotecnología y manufactura.

La cultura islandesa se basa en la herencia escandinava de la nación. La mayoría de los islandeses son descendientes de colonos nórdicos y gaélicos.

El islandés, una lengua germánica del norte, desciende del antiguo nórdico occidental y está estrechamente relacionado con los dialectos feroés y noruego occidental.

Mapa: Islandia
Mapa: Islandia